Psicología Laboral - ¿Cuánto dura el período de adaptación?                                     por Valeria Quiroga - 28.08.2014 14:37

Nervios. Tensión. Ansiedad. Temor. Miedo: son sólo algunas de las emociones que se suscitan en una persona al ingresar a un nuevo trabajo, resultándole novedoso todo lo que lo rodea. Los tiempos organizacionales, la personalidad de cada uno de los integrantes de esa determinada organización, la brecha generacional, en algunos casos. Todo culmina siendo un factor de ansiedad, por cierto esperable, por tratarse de una situación desconocida, y al mismo tiempo razonable en cualquier otra circunstancia de la vida que connote una nueva experiencia. Por esta razón se contempla un período de adaptación, a través del cual tanto el empleado como el empleador, y los demás integrantes, se conocen uno al otro, se internalizan las tareas a cumplir y se intenta la identificación con la cultura organizacional. Siendo éste último un factor importante a fin de asumir como propios los valores, la misión, así como los objetivos de la organización.

En otras palabras, debemos orientarnos a fomentar el sentido de pertenencia al grupo, así como tomar en cuenta y no subestimar los tipos de interacción que se generan en el equipo, examinando el grado de proximidad, igualdad y semejanza en cuanto a la estabilidad del grupo tomado en su conjunto. Dicha estabilidad dependerá de las situaciones, como también de la población del grupo, es decir, si hay en el mismo pruebas de solidaridad tendiendo a la integración y demostrando aprobación del nuevo integrante, o bien, si hay molestias con manifestación de agresividad (Maisonneuve, 1998). No debemos olvidar, por otro lado, que para que la estabilidad y homeostasis mencionada sea efectiva, se deberán tomar en cuenta los roles que cada cual ocupa en la organización, ya que su buen ejercicio guiará el proceso de interacción manteniendo la moral del grupo, reduciendo los conflictos interpersonales, y asegurando la expresión de cada uno tanto grupal como individualmente (Benne y Sheats, 1948, citado en Maisonneuve, 1998).

¿Cuándo se considera normal el tiempo de adaptación?

En primer término, para ello deberíamos definir el término "normalidad". En este sentido, consideramos "normal" a aquellos parámetros que se encuentran dentro de la media de la población estudiada, a la luz de datos netamente estadísticos. Sin embargo, como profesionales de la salud mental, no podemos dejar de bregar por el tiempo subjetivo de cada cual, siendo subjetivas todas aquellas vivencias, sentimientos, emociones y pensamientos que emergen de acuerdo a la historia personal de cada uno. Como ejemplo, citamos el tiempo y espacio subjetivos, los cuales difieren del tiempo cronológico y espacio objetivo, ya que según sea la experiencia agradable o desagradable, para ese sujeto en particular, será la vivencia del tiempo, acortada o interminable; o bien, un espacio podrá cobrar distintos sentidos y significados según cada historia personal e individual.

Consideramos, para una buena adaptación e integración al ambiente, que es positivo colaborar en dicho proceso adoptando actitudes de integración. Nos referimos a desarrollar actividades que propicien el encuentro con los demás, para así, derribar o combatir fantasías que pudieran estar emergiendo por parte del nuevo empleado. Fantasías que son lógicas y habituales cuando del ser humano se trata.

Desde lo recreativo, podemos sugerir la organización de almuerzos laborales, tomarse el tiempo para un día de campo con la intervención de diferentes actividades tendientes a favorecer la dinámica grupal, After-Office; hasta el ofrecimiento de capacitación permanente ya sea fuera como dentro de la empresa; cursos; seminarios, redacción conjunta de folletos informativos, foros temáticos permitiendo el intercambio de ideas. Son algunas de las estrategias y oportunidades que nuestro ser-social nos ofrece a la hora de integrar al nuevo empleado y que su período de adaptación sea lo más productivo posible.
Por otro lado, también se logra que los empleados con más antigüedad obtengan un "refresh" laboral, incentivando la creatividad, estabilidad, autoestima, productividad y bienestar, dentro de un marco laboral tanto funcional como saludable.

Referencias

Maisonneuve, J. (1998). La Dinámica de los Grupos. Cap. IV. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.